Ahlam Shibli احلام شبلي

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© Ahlam Shibli



Goter

Al-Náqab, Palestina, 2002–2003
serie de 44 fotografías, 38 x 57,7 cm; 57,7 x 38 cm, impresas en gelatina de plata; proceso cromogénico



Deberíamos transformar a los beduinos en un proletariado urbano dentro de la industria, los servicios, la construcción y la agricultura. El 88% de la población israelí no es campesina. Que los beduinos sean como ella. Eso supondrá ciertamente un cambio radical, y significa que el beduino no vivirá de su tierra con sus rebaños, sino que se convertirá en un individuo de ciudad que por la tarde vuelve a casa y se calza las zapatillas. […] [Sus hijos] irán a la escuela bien peinados y con raya. Será una revolución, pero puede lograrse en un par de generaciones. Sin coerción, pero con la dirección del gobierno […] el fenómeno de los beduinos desaparecerá.

Moshé Dayán, 31 de julio de 1963


Desde mediados de los años sesenta los palestinos de origen beduino, habitantes de Al-Náqab (desierto del Néguev), han estado sometidos a una política de usurpación de sus tierras tradicionales y de reubicación en siete municipios planificados por el gobierno israelí sin consultar en la mayoría de los casos a las personas afectadas. La tierra que dejan atrás se ha puesto luego a disposición de los ciudadanos judíos.

En 2003 aproximadamente la mitad de los 110.000 beduinos palestinos del Néguev vivían en esas poblaciones. Según las estadísticas oficiales, figuraban entre las comunidades más pobres de Israel, con insuficiencia de servicios públicos, afectados por altas tasas de desempleo y delincuencia, y con el acceso vedado a un desarrollo aceptable.

La otra mitad de los beduinos palestinos del Néguev se negaron a trasladarse a esos poblados a fin de no perder sus tierras y quedar sujetos a unas condiciones de vida culturalmente adversas y socialmente degradantes. Residían en más de cien aldeas «no reconocidas» en las que las leyes del Estado judío les prohibían erigir edificaciones permanentes, cuyas casas eran derribadas periódicamente, sus cultivos considerados ilegales por las autoridades y rociados con productos tóxicos, y las familias desahuciadas de sus hogares y sin acceso a la electricidad, el agua corriente o servicios públicos como la sanidad, el saneamiento y la educación más allá del nivel de escuela primaria. Hoy día la situación no ha cambiado sustancialmente.

«Goter» es una palabra ajena a la lengua árabe, empleada solamente por los palestinos del Néguev. Según ellos, procede del inglés «Go there» (vete allá), una orden que los beduinos palestinos debían oír pronunciar a los militares en tiempos del Mandato Británico (1917–1948).

Este trabajo aborda la posición que los palestinos de origen beduino ocupan en el Estado de Israel: donde hay casa no hay un hogar, donde hay un hogar no hay casa.